QUIMIOTERAPIA Y DOLOR EN LAS UÑAS
Como el cabello y el vello, nuestras uñas están destinadas a proteger nuestra epidermis. Ellas no se libran de los efectos de la quimioterapia, por lo que las uñas pueden causar dolor. Aquí os damos algunas claves para evitar su inflamación y mantenerlas en buen estado.
En el marco de una quimioterapia, dos grandes tipos de tóxicos pueden afectar a nivel ungueal. La primera es la que afecta a la uña propiamente dicha, la segunda todo su alrededor. El primer fenómeno es particularmente frecuente en los pacientes que siguen una quimioterapia a base de taxanos, habitualmente utilizados para tratar el cáncer de mama. A veces se observa un levantamiento de la uña llamado onicolisis que se acompaña de dolor, y que puede complicarse con una infección.
La toxicidad en los alrededores de la uña, es habitualmente consecuencia de los nuevos tratamientos, de última generación. En este contexto, existe una inflamación de los tejidos alrededor de la uña llamada perionixis, que puede evolucionar y tener el aspecto de una uña encarnada. Que puede ser muy molesta tanto a nivel de manos como de pies, dando problemas al caminar. Por lo que es importante no tomárselo a la ligera.
Ciertos tratamientos de quimioterapia, estimulan la pigmentación de uñas. Hablamos entonces de melanoniquia longitudinal que es una banda de pigmentación marrón a negra de la uña, debido a la presencia de melanina en la placa ungueal. Puede aparecer como una banda única, afectando a una uña o presentarse afectando a varias.
Para prevenirlo debemos limitar los golpes en las extremidades, tener las uñas cortas, pero tampoco muy a ras, dejar un milímetro de borde es ideal.
Independientemente que el problema exista en la uña o su alrededor, es imperativos evitar al máximo los traumatismos locales. Para las manos, hace falta evitar las manicuras importantes no comerse las uñas, evitar los contactos con productos detergentes agresivos y la humedad. Lo mejor, llevar guantes en vinilo para hacer las tareas de casa o mantener el jardín. En principio las lesiones en las uñas son inflamatorias y no infecciosas. Pero los gérmenes pueden instalarse, por lo que hay que extremar las precauciones. Después de haber manipulado alguna cosa sucia, lavarse inmediatamente con algún producto antiséptico, sería conveniente, También usar una crema hidratante aplicada sobre las manos, los pies y las uñas aportarían hidratación y confort.
Para limitar los choques a nivel de las uñas de los pies, una solución es llevar zapatos anchos y muy suaves, para evitar los traumatismos sobre las uñas.
Siempre utilizar, un protector especifico con filtro rayos UVA, que además endurezca la uña, para protegerla y se vuelva más resistente a los golpes, y evitar que no se divida en capas. Además la exposición al sol, ya que según el Dr. Lucia Peuvrel la uña produciría un efecto de lupa, que concentraría los rayos sobre el lecho de la uña, e implicaría una buena parte de los síntomas. Por lo tanto un esmalte con protección solar seria imprescindible.
Una vez terminado el tratamiento de quimioterapia, debería visitarse un dermatólogo especializado, para constatar el estado de la matriz de las uñas. A partir de ahí, podrían ser prescrito complementos orales. Incluso habiendo grandes alteraciones ungulares, se debe saber que nunca son definitivos. En la casi totalidad de los casos, los pacientes recuperan sus uñas en perfecto estado.
Bibliographia: La maison du cancer . Dr. Cecile Marty, Dr. Lucie Peuvrel, Dr. Vicent Sibaud de Toulouse